Territorio en llamas

Que en aras de la libertad se destruyan todos los monumentos edificados hacia una falsa independencia.

Por que hoy una,

dos,

tres,

cuatro,

cinco,

seis,

siete,

ocho,

nueve,

diez hermanas han muerto y no se durmieron en las calmadas aguas del imparable ciclo natural de la vida.

¡NO!

A ellas las mato este sistema patriarcal, que no sólo se sirve de nosotras para satisfacer meramente sus propias necesidades.

¡NO!

A ellas las mataron ustedes con su inefable terquedad de tener el dominio sobre nuestras decisiones, nuestro juicio,

nuestros sentimientos.

Que este cuerpo que ocupo hoy en día se me transforme en piedra con todos sus picos, hendiduras y asperezas.

Que la voluntad de cada una crezca como la mala hierba para que no se acabe nunca.

Que mis manos se vuelvan flechas, que mis pies no sientan cansancio por que el camino es largo, pero el hartazgo es más.

Que las lágrimas de las madres de víctimas nos quiten la sed que deja el agobio de ser mujer en un país donde no sólo nos quitan la voz,

los sueños,

las ganas,

la piel...

Un país al que no le basta con asesinarnos, necesita humillarnos después de fallecer, burlarse del trágico final, como si fuéramos nosotras mismas las que nos desolláramos unas a otras.

Una sociedad machista que busca alimentarse de nuestro sufrimiento para poder manifestar el erróneo poder que creen tener sobre nuestra existencia.

Que los templos ardan junto a toda su indiferencia en el fuego de rabia que incendiara todas las calles manchadas con nuestra sangre.

Los estandartes de nuestro andar incomodaran su camino hasta que despierten y la venda caiga de sus ojos.

No queremos compasión y mucho menos aprobación.

No pediremos por favor lo que por sentido común merecemos.

Que caigan las instituciones y gobiernos que han solapado y fomentado el odio hacia nosotras.

La guerra fue declarada desde hace mucho tiempo, pero ahora no tenemos miedo por que somos muchas y hemos de quedarnos en el campo de la lucha por el cambio a seguir formando parte de una estadística de la sociedad que no sólo no nos quiere, si no que desea vernos muertas a todas.

#8M