La sangre que derramo

Que las piedras que lanzo quiebren los cristales de la sumisión,

por que hoy miles de hermanas en el oriente se han levantado y yo no me quedare atrás,

quitarse las cadenas del dogma de la evangelización requiere una gran incomodidad para el entorno,

porque para nosotras,

la caída del manto sagrado representa el nacimiento de nuevas conciencias,

generaciones venideras que no sólo cuestionarán todo el sistema si no que lo derrocaran por que la libertad no vive en una constitución,

si no en el nivel de felicidad de sus habitantes,

que la sangre que hoy derramo y el cansancio que inunda mi cuerpo y alma,

tracen con mis actos y letras el camino de mis hijas,

para que no tengan miedo de luchar por sus sueños,

para que no tengan miedo de pelear contra instituciones o gobiernos que nublen su bienestar,

por que la batalla más difícil es la que pretende salir de la conformidad de lo que nos han impuesto como una vida normal.