8M EN LA NOCHE
- fferrusca96
- 8 mar 2020
- 1 Min. de lectura
Ya estoy en casa, me duele horriblemente todo
y sólo puedo decirles que aún traigo una granada en la mochila
y un incendio perpetuo en el corazón,
llegue temprano y con el miedo siempre latente que implica la acción directa,
cubrí mi identidad y deje al descubierto toda mi rabia,
toda esta mierda que han dejado caer sobre nosotras.
Hoy no marcho Fer la de siempre,
hoy accionó Fer la niña que se vio reflejada en un chingo
de morritas de 6-8 años que andaban a mi alrededor,
niñas que no sufren la violencia sexual que yo padecí a su edad,
y como acto de magia algo, como un cerillo de los grandotes se encendió en mi interior,
y olvidé mis limitaciones físicas pero sobre todo las emocionales y me sentí fuerte,
reventé todas mis cuerdas vocales, mis brazos no pesaban,
ninguna astilla era lo suficientemente dolorosa,
y con cada proyectil lanzado los abusos y las palabras de mi agresor se
perdían en el cielo para reventar en los muros de un estado indiferente.
Esta tarde yo rompí y vi como hojuelas plateadas de vidrios quebrados llenaban las banquetas casi como la nieve, reafirmé que el “vandalizar” no sólo comprende un acto anárquico si no un conjunto de muestras de sanación, empoderamiento y unión casi sanguínea con las compañeras,
creo que al final del día me quedo con eso, con la fraternidad que hoy me inundo y que me llena de esperanza por que se que no se va a caer, LO VAMOS A TIRAR!!
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