Odio levantarme de la cama con la espalda mojada.
- VIOLENTA F
- 19 dic 2018
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Entenderme desde la fractura de mis cabellos en la mañana es la cuestión,
otra bolita que me rasco mientras me sueño acostada bajo el juicio de dios y la oposición de las responsabilidades,
me arrastró ácida y láctea hasta la cocina con los pezones de obsidiana sin pulir,
me decía en otras palabras que esto era lo que soñaba mientras me ahorcaba con el cordón umbilical,
no basta con despertar en la realidad paralela a nuestros deseos,
hay que aprender a no batir el arroz,
coser los sentimientos al pecho y remachar anhelos a la alfombra,
prefiero seguir los acordes del son al que llamo vida,
bailar descalza en la cornisa sin miedo a caer,
despertar sin abrir los ojos para ver mis párpados desde adentro,
he decidido no volverme a rasurar las ansias de un útero inflamado,
celebro mi agonía en calma con manzanilla y me conforto en montañas de maíz,
hace tres días que mar murió en las notas de una canción inconclusa,
elevó un sin fin de plegarias al universo para no tener que ser la próxima,
transitó lento y con cuidado porque no vaya a tener la culpa de que me corten un brazo o me borren del mapa,
veo mi reflejo en la pantalla del celular y me encuentro triste, enojada, confundida,
pero sobre todo harta de ser la consecuencia de los conflictos ajenos,
subo al taxi,
me acomodo las enaguas y pelo los ojos,
me gusta imaginar que no todo tiene que ser necesariamente malo,
pero miro por la ventana y todo el barro de plagas pasadas cae sobre mis ojos.
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